¿cuáles son esos estados de conciencia, esos estados de información y energía que hacen surgir
la experiencia de la riqueza en nuestra vida?
"A" representa el absoluto, la abundancia, la autoridad. La naturaleza auténtica de nuestro estado terrestre consiste en que el universo es campo fértil de todas las posibilidades. En nuestra forma más primordial somos un área que incluye todas las posibilidades. Desde este nivel, es posible crear cualquier cosa. Este es el campo de nuestra naturaleza esencial, nuestro ser interior. También se lo llama absoluto, y es la autoridad definitiva. Es riqueza en sí misma, pues genera la diversidad infinita y la abundancia del universo.
"B" representa bondad, lo bueno que con el tiempo crece más y más, evolucionando hacia lo mejor en todos los aspectos y, por último, nos brinda lo mejor de todo. Las personas con conciencia de abundancia aspiran sólo a lo mejor. Eso también se denomina principio de "primero, lo mejor". Si aspiras solo a la excelencia, el universo responderá dándote lo mejor.
"C" representa caridad y carencia de preocupaciones. Aunque uno tenga mil millones de dólares en el banco, si no conoce la experiencia de carecer de preocupaciones, y de la caridad, será pobre. Por definición, la conciencia de riqueza es un estado mental. Si vives preocupado por la cantidad de dinero que deseas, y, en consecuencia, no tienes en cuenta el que posees, en realidad eres pobre. De modo automático, la carencia de preocupaciones lleva a la caridad y al deseo de compartir, pues la fuente de la que proviene es infinita, ilimitada e inagotable.
"D" representa la ley de la demanda de servicios. Sea cual fuere el servicio que podamos prestar, siempre habrá una demanda de él. Pregúntate "¿Cómo puedo servir?" y "¿Cómo puedo ayudar?" Las respuestas están en tu interior. Cuando las halles, también descubrirás que existe una demanda para el servicio que estás en condiciones de brindar.
"D" también simboliza el dharma. Cada uno de nosotros tiene un dharma, un objetivo en la vida. Cuando estamos en el dharma, disfrutamos de nuestro trabajo y lo amamos.
"E" representa la euforia por el éxito de los demás, en especial de tus competidores y de quienes se consideran tus enemigos. Cuando te regocijes por su éxito, tus competidores y enemigos se convertirán en ayudantes.
"E" también simboliza el principio de que la expectativa determina el resultado. Espera siempre lo mejor y verás que la expectativa contiene en sí misma ese resultado.
"F" representa la conclusión de que en todo fracaso se oculta la semilla de un éxito. En la manifestación de lo material por lo inmaterial, de lo visible por lo invisible, subyace una mecánica fundamente: el principio de la realimentación. Nuestros fracasos son peldaños en la mecánica de nuestra creación, pues nos acercan a la menta. En realidad, el fracaso no existe. Lo que llamamos así sólo es un mecanismo mediante el cual podemos aprender a hacer las cosas bien.
"G" represente gratitud, generosidad, dar gracias a Dios, La gratitud y la generosidad son características naturales de una conciencia plena. Puesto que sólo debemos perseguir la excelencia, según el principio de que primero lo mejor, ¿por qué no tomar a Dios como modelo? A fin de cuentas, no hay nadie más rico que Dios, pues Él es el campo de todas las posibilidades.
Existe un mecanismo preciso a través del cual se manifiestan todos los deseos. Los cuatro pasos son los siguientes:
Primer paso: Te deslizas por la brecha entre los pensamientos. La brecha es la ventana, el pasillo, el vértice de la transformación a través del cual la psiquis personal se comunica con el alma cósmica.
Segundo paso: Te propones un objetivo claro en la brecha.
Tercer paso: Dejas de involucrarte con el resultado, pues ir en pos de un objetivo o comprometerse con él trae aparejado salir de la brecha.
Cuarto paso: Deja que el universo se ocupe de los detalles.
Si bien es importante tener conciencia de una meta clara, también lo es abandonar el compromiso con el objetivo. Y la meta está en esa brecha, y allí se asienta la potencia para organizar y orquestar los detalles necesarios para influir sobre un logro.
Tal vez recuerdes el momento en que intentaste acordarte de un nombre, te esforzaste e insististe, pero fue en vano. Por fin desististe del compromiso de lograrlo e instantes después el nombre buscado relampagueó en la pantalla de tu mente. Este es el mecanismo para satisfacer cualquier deseo.
Mientras te esforzabas por recordar eses nombre, tu mente se mantuvo muy activa y turbulenta, hasta que al fin, por fatiga y frustración, te dejaste ir y la mente se aquietó. Poco a poco disminuyó el ritmo, casi hasta detenerse; te deslizaste en esa brecha, donde liberaste tu deseo, y muy pronto lo viste cumplido. Este es el verdadero significado de "Pide y te será dado", o "Llama a la puerta y se te abrirá".
Uno de los modos más fáciles y descansados de deslizarse en la brecha consiste en hacerlo a través de la meditación. Y existen muchas formas de meditación y oración que pueden ayudarnos a manifestar deseos desde la brecha
"A" representa el absoluto, la abundancia, la autoridad. La naturaleza auténtica de nuestro estado terrestre consiste en que el universo es campo fértil de todas las posibilidades. En nuestra forma más primordial somos un área que incluye todas las posibilidades. Desde este nivel, es posible crear cualquier cosa. Este es el campo de nuestra naturaleza esencial, nuestro ser interior. También se lo llama absoluto, y es la autoridad definitiva. Es riqueza en sí misma, pues genera la diversidad infinita y la abundancia del universo.
"B" representa bondad, lo bueno que con el tiempo crece más y más, evolucionando hacia lo mejor en todos los aspectos y, por último, nos brinda lo mejor de todo. Las personas con conciencia de abundancia aspiran sólo a lo mejor. Eso también se denomina principio de "primero, lo mejor". Si aspiras solo a la excelencia, el universo responderá dándote lo mejor.
"C" representa caridad y carencia de preocupaciones. Aunque uno tenga mil millones de dólares en el banco, si no conoce la experiencia de carecer de preocupaciones, y de la caridad, será pobre. Por definición, la conciencia de riqueza es un estado mental. Si vives preocupado por la cantidad de dinero que deseas, y, en consecuencia, no tienes en cuenta el que posees, en realidad eres pobre. De modo automático, la carencia de preocupaciones lleva a la caridad y al deseo de compartir, pues la fuente de la que proviene es infinita, ilimitada e inagotable.
"D" representa la ley de la demanda de servicios. Sea cual fuere el servicio que podamos prestar, siempre habrá una demanda de él. Pregúntate "¿Cómo puedo servir?" y "¿Cómo puedo ayudar?" Las respuestas están en tu interior. Cuando las halles, también descubrirás que existe una demanda para el servicio que estás en condiciones de brindar.
"D" también simboliza el dharma. Cada uno de nosotros tiene un dharma, un objetivo en la vida. Cuando estamos en el dharma, disfrutamos de nuestro trabajo y lo amamos.
"E" representa la euforia por el éxito de los demás, en especial de tus competidores y de quienes se consideran tus enemigos. Cuando te regocijes por su éxito, tus competidores y enemigos se convertirán en ayudantes.
"E" también simboliza el principio de que la expectativa determina el resultado. Espera siempre lo mejor y verás que la expectativa contiene en sí misma ese resultado.
"F" representa la conclusión de que en todo fracaso se oculta la semilla de un éxito. En la manifestación de lo material por lo inmaterial, de lo visible por lo invisible, subyace una mecánica fundamente: el principio de la realimentación. Nuestros fracasos son peldaños en la mecánica de nuestra creación, pues nos acercan a la menta. En realidad, el fracaso no existe. Lo que llamamos así sólo es un mecanismo mediante el cual podemos aprender a hacer las cosas bien.
"G" represente gratitud, generosidad, dar gracias a Dios, La gratitud y la generosidad son características naturales de una conciencia plena. Puesto que sólo debemos perseguir la excelencia, según el principio de que primero lo mejor, ¿por qué no tomar a Dios como modelo? A fin de cuentas, no hay nadie más rico que Dios, pues Él es el campo de todas las posibilidades.
Existe un mecanismo preciso a través del cual se manifiestan todos los deseos. Los cuatro pasos son los siguientes:
Primer paso: Te deslizas por la brecha entre los pensamientos. La brecha es la ventana, el pasillo, el vértice de la transformación a través del cual la psiquis personal se comunica con el alma cósmica.
Segundo paso: Te propones un objetivo claro en la brecha.
Tercer paso: Dejas de involucrarte con el resultado, pues ir en pos de un objetivo o comprometerse con él trae aparejado salir de la brecha.
Cuarto paso: Deja que el universo se ocupe de los detalles.
Si bien es importante tener conciencia de una meta clara, también lo es abandonar el compromiso con el objetivo. Y la meta está en esa brecha, y allí se asienta la potencia para organizar y orquestar los detalles necesarios para influir sobre un logro.
Tal vez recuerdes el momento en que intentaste acordarte de un nombre, te esforzaste e insististe, pero fue en vano. Por fin desististe del compromiso de lograrlo e instantes después el nombre buscado relampagueó en la pantalla de tu mente. Este es el mecanismo para satisfacer cualquier deseo.
Mientras te esforzabas por recordar eses nombre, tu mente se mantuvo muy activa y turbulenta, hasta que al fin, por fatiga y frustración, te dejaste ir y la mente se aquietó. Poco a poco disminuyó el ritmo, casi hasta detenerse; te deslizaste en esa brecha, donde liberaste tu deseo, y muy pronto lo viste cumplido. Este es el verdadero significado de "Pide y te será dado", o "Llama a la puerta y se te abrirá".
Uno de los modos más fáciles y descansados de deslizarse en la brecha consiste en hacerlo a través de la meditación. Y existen muchas formas de meditación y oración que pueden ayudarnos a manifestar deseos desde la brecha
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